miércoles, 28 de octubre de 2020

  Federico Cantú 1907-1989




En julio 1937 Federico Cantú abre una exposición en la Galería Stendahl , Sin duda se convertirá en el preámbulo para tomar muy en serio la decisión de trasladarse a vivir ala Ciudad de Nueva York en 1938.
En la nota periodística de Arthur Miller : llama la atención la idea de mostrar a Cantú como un “Famoso artista Azteca” quizá con la idea de reorientar el giro que los Stendahl debido al surgimiento
de colecciones de piezas prehispánicas que vendían con un éxito colosal, sin embargo Miller recuerda a Federico pintando en California la Madona al estilo Botticelli
Dos años despues de esta memorable exposición en donde por supuesto vende el “Autorretrato con Toros y luna” Stendahl organizó una de las exposiciones mas importantes de la época mostrando por primera vez en America .la obra maestra de Pablo Picasso, “El Guernica”
Adolfo Cantú©
Copyright Federico Cantú ©
Archivo Documental-Colección de arte Cantú Y de Teresa

domingo, 13 de septiembre de 2020

 Minerva  en la obra de

Federico Cantú 1907-1989

Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Filosofía y Letras

 

 En 1962 ; dotado de toda la experiencia que ha ganado con los relieves monumentales del IMSS: Federico se da a la tardea de regresar a Nuevo León como el hijo prodigo que ha estado ausente durante décadas. Si bien el camino lo había iniciado con la obra dedicada la  Purísima en Monterrey  ( a fines de los 40s): Ahora llega el turno que le permitirá dejar un gran legado mural en la Universidad Autónoma de Nuevo León , esta magnifica obra, que representa la figura de Minerva de manera colosal , es solo una muestra del conocimiento y destreza que solo un gran maestro puede lograr.

 


 En la fotografía , Federico descansa a un lado de la obra monumental , sabe bien que su legado, Le permitirá ser recordado por todas las generaciones futuras.

 

En la mitología romana Minerva es la diosa de la sabiduría y las artes, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos. Se corresponde con Atenea en la mitología griega aunque se le destituye el rango de diosa guerrera. siendo sustituida por Belona, la diosa romana de la guerra, sin contraparte griega

El nombre «Minerva» probablemente fuera importado de los etruscos, que la llamaban Menrva. Los romanos habrían confundido fácilmente su nombre extranjero con la palabra latina mens, ‘mente’, dado que uno de sus aspectos como diosa correspondía no solo a la guerra sino también al intelecto.

Minerva era hija de Júpiter, quien tras haber devorado a Metis, la Prudencia, sintió un gran dolor de cabeza. Recurrió a Vulcano, que le abrió la cabeza de un hachazo, y de la cabeza abierta surgió Minerva, ya armada y en unos años pudo ayudar a su padre en la Gigantomaquia (guerra contra los Gigantes), donde se distinguió por su valentía.

Una de las características más famosas de la historia de Minerva es su desacuerdo con Neptuno para bautizar con su nombre a la ciudad de Atenas. Doce grandes dioses, elegidos como árbitros, decidieron que quien produjera la cosa más útil para la ciudad otorgaría su nombre. Neptuno, de un golpe de tridente, hizo que la tierra produjese un caballo. Minerva hizo que creciera un olivar, y eso fue lo que le dio la victoria.




Se le dedicaban grandes sacrificios, de forma que en las grandes Panateneas cada tribu del Ática le dedicaba un buey, cuya carne se distribuía a continuación entre el pueblo. En ocasiones también la serpiente que se le relaciona con su astucia y la sutileza de su belleza, con la sagacidad que este animal representa.

A veces conduce a Ulises en sus viajes, a veces se digna enseñar a las hijas de Pandora el arte de destacar en los trabajos que convienen a las mujeres, a representar flores y combates en obras de tapicería, incluso es ella la que embellece de sus manos el abrigo de Juno. En una ocasión se enfrentó a Aracne para comprobar cuál de las dos tejía más rápido. Para demostrarlo, Minerva le propuso una labor: una tela magnífica. Cuando Minerva vio la superioridad de Aracne, fue víctima de tantos celos que decidió convertirla en una araña (según cuenta Ovidio en Las metamorfosis), hecho por el que se conoce a Minerva como una diosa malévola.

 

 

Adolfo Cantú

viernes, 3 de julio de 2020


Federico Cantú 1907-1989  y la obra Mural Historica
De la Crónica Mexicana, de Domingo Chimalpáhin:

…en este año murió el señor Moteuczomatzin Xocóytl, tlatoani de Tenochtitlan, en el mes de julio, y en tecuilhuitontli, según la antigua cuenta de las veintenas; entonces, perseguidos, los españoles se fueron a Tlaxcallan, tras salir de Tenochtitlan huyendo de noche.1
De las Cartas de Relación de Hernán Cortés:
Desamparada así la fortaleza, con mucha riqueza así de vuestra alteza como de los españoles y mía, me salí lo más secreto que yo pude, sacando conmigo un hijo y dos hijas del dicho Mutezuma y Cacamacín, señor de Aculuacán, y al otro su hermano que yo había puesto en su lugar, y a otros señores de provincias y ciudades que allí tenía presos. Y llegando a las puentes que los indios tenían quitadas, a la primera de ellas se echó la puente que yo traía hecha, con poco trabajo, porque no hubo quien la resistiése, excepto ciertas velas que en ella estaban, las cuales apellidaban tan recio que antes de llegar a la segunda estaba infinita gente de los contrarios sobre nosotros, combatiéndonos por todas partes, así desde el agua como de la tierra; y yo pasé presto con cinco de caballo y cien peones, con los cuales pasé a nado todas las puentes y las gané hasta la tierra firme. Y dejando aquella gente a la delantera, torné a la rezaga donde hallé que peleaban reciamente, y que era sin comparación el daño que los nuestros recibían, así los españoles como los indios de Tascaltecal que con nosotros estaban, y así a todos los mataron, y muchas naturales de los españoles; y asimismo habían muerto muchos españoles y caballos y perdido todo el oro y joyas y ropa y otras muchas cosas que sacabamos, y toda la artillería. 



Recogidos los que estaban vivos, echélos adelante, y yo con tres o cuatro de caballo y hasta veinte peones que osaron quedar conmigo, me fui en la rezaga peleando con los indios hasta llegar a una ciudad que se dice Tacuba, que está fuera de la calzada, de que Dios sabe cuánto trabajo y peligro recibí; porque todas las veces que volvía sobre los contrarios salía lleno de flechas y viras y apedreado, porque como era agua de la una parte y de otra, herían a su salvo sin temor. A los que salían a tierra, luego volvíamos sobre ellos y saltaban al agua, así que recibían muy poco daño si no eran algunos que con los muchos se tropezaban unos con otros y caían y aquellos morían. Y con este trabajo y fatiga llevé toda la gente hasta la dicha ciudad de Tacuba, sin me matar ni herir ningún español ni indio, sino fue uno de los de caballo que iba conmigo en la rezaga; y no menos peleaban así en la delantera como por los lados, aunque la mayor fuerza era en las espadas por do venía la gente de la gran ciudad. 
Y llegando a la dicha ciudad de Tacuba hallé toda la gente remolinada en una plaza, que no sabía donde ir, a los cuales yo di prisa que se saliesen al campo antes que se recreciese más gente en la dicha ciudad y tomasen las azoteas, porque nos harían de ellas mucho daño. Y los que llevaban la delantera dijeron que no sabían por donde habían de salir, y yo los hice quedar en la rezaga y tomé la delantera hasta los sacar fuera de la dicha ciudad, y esperé en unas labranzas; y cuando llegó la rezaga supe que habían recibido algún daño, y que habían muerto algunos españoles e indios, y que se quedaba por el camino mucho oro perdido, lo cual los indios cogían; y allí estuve hasta que pasó toda la gente peleando con los indios, en tal manera, que los detuve para que los peones tomasen un cerro donde estaba una torre y aposento fuerte, el cual tomaron sin recibir algún daño porque no me partí de allí ni dejé pasar los contrarios hasta haber tomado ellos el cerro, en que Dios sabe el trabajo y fatiga que allí se recibió, porque ya no había caballo, de veinte y cuatro que nos habían quedado, que pudiese correr, ni caballero que pudiese alzar el brazo, ni peón sano que pudiese menearse. Llegados al dicho aposento nos fortalecimos en él, y allí nos cercaron y estuvimos cercados hasta noche, sin nos dejar descansar una hora. En este desbarato se halló por copia, que murieron ciento cincuenta españoles y cuarenta y cinco yeguas y caballos, y más de dos mil indios que servían a los españoles, entre los cuales mataron al hijo e hijas de Mutezuma, y a todos los otros señores que traíamos presos.

De los testimonios indígenas recopilados en Visión de los Vencidos:
Cuando hubo anochecido, cuando llegó la medianoche, salieron los españoles en compacta formación y también los tlaxcaltecas todos. Los españoles iban delante y los tlaxcaltecas los iban siguiendo, iban pegados a sus espaldas. Cual si fueran un muro se estrechaba con aquéllos. 
Llevaban consigo puentes portátiles de madera. Los fueron poniendo sobre los canales: sobre ellos iban pasando.
En aquella sazón estaba lloviendo, ligeramente como rocío, eran gotas ligeras, como cuando se riega, era una lluvia muy menuda.
Aún pudieron pasar los canales de Tecpantzingo, Tzapotlan, Atenchicalco. Pero cuando llegaron al de Mixcoatechialtitlan, que es el canal que se halla en cuarto lugar, fueron vistos: ya se van fuera.
Una mujer que sacaba agua los vio y al momento alzó el grito y dijo:
—Mexicanos… ¡Andad hacia acá: ya se van, ya se van traspasando los canales vuestros enemigos!… ¡Se van a escondidas!…
Entonces gritó un hombre sobre el templo de Huitzilopochtli. Bien se difundió su grito sobre la gente, todo mundo oía su grito:
—Guerreros, capitanes, mexicanos… ¡se van vuestros enemigos! Venid a perseguirlos. Con barcas defendidas con escudos… con todo el cuerpo en el camino.
Y cuando esto se oyó, luego un rumor se alza. Luego se ponen en plan de combate los que tienen barcas defendidas. Siguen, reman afanosos, azotan sus barcas, van dando fuertes remos a sus barcas. Se dirígen hacia Mictlantonco, hacia Macuiltepec.
Las barcas defendidas por escudos, por un lado y otro vienen a encontrarlos. Se lanzan contra ellos. Eran barcas guarnicionales de los Tenochtitlan, eran barcas guarnicionales de los de Tlatelolco. 
Otros también fueron a pie, se dirigieron rectamente a Nonohualco, encaminando hacia Tlacopan. Intentaban cortarles la retirada. 
Entonces los que tripulaban las barcas defendidas por escudos, lanzaron sus dardos contra los españoles. De uno y de otro lado los dardos caían.
Pero los españoles también tiraban a los mexicanos. Lanzaban pasadores, y también tiros de arcabuz. De un lado y de otro había muertos. Eran tocados por las flechas los españoles, y eran tocados los tlaxcaltecas. Pero también eran tocados por los proyectiles los mexicanos.
Pues cuando los españoles hubieron llegado a Tlaltecayohuacan, en donde es el Canal de los Toltecas, fue como si se derrumbaran, como si desde un cerro se despeñaran. Todos allí se arrojaron, se dejaron ir al precipicio. Los de Tlaxcala, los de Tliliuhquitepec, y los españoles, y los de a caballo y algunas mujeres.
Pronto con ellos el canal quedó lleno, con ellos cegado quedó. Y aquellos que iban siguiendo, sobre los hombres, sobre los cuerpos, pasaron y salieron a la otra orilla.
Pero al llegar a Petlacalco en donde hay otro canal, en paz y quietamente lo pasaron sobre el puente portátil de madera.
Allí tomaron reposo, allí cobraron aliento, allí se sintieron hombres. 
Y cuando hubieron llegado a Popotla amaneció, esclareció el cielo: allí, refrigerados ya, a lo lejos tenían combate. 
Pero allí llegaron dando alaridos, hechos una bola en torno de ellos los mexicanos . . 


De la Relación de la Conquista de Fray Bernardino de Sahagún:
Los capitanes valerosos muestran su valor y su industria en las mayores necesidades, y ansí el valeroso capitán D. Hernando Cortés, mostró su animosidad y industria, a un tiempo él y los suyos estaban a punto de perderse acorralados y cercados dentro de su mismo fuerte, y sin esperanza de ningún socorro sino de sólo Dios. Esforzado con esta esperanza y con su valeroso ánimo, habló a todos los suyos que se aparejasen para salir de aquel peligro en que estaban, así en lo temporal como en lo espiritual. Dijoles tales cosas acerca destos dos puntos, que los que estaban desesperados de su vida y aun de su salvación, fueron movidos a confianza de salvar sus vidas y sus almas, y hicieron alegremente todos lo que él les persuadió que hiciesen en lo espiritual y en lo corporal; de manera que aparejados con fianza para poder salir, y salvar sus vidas pasando por medio de sus enemigos innumerables a la honra que él les dijo que saliesen con confianza y con esfuerzo, salieron por donde él mandó, y por el concierto que él puso en la manera de proceder su camino. Esto fue a la media noche, y salieron todos con gran orden y con gran silencio, comenzando a proceder por su camino, llevando las puentes levadizas consigo. El primer foso que toparon pasáronle con las puentes: este lugar se llama Tecpantzinco. Habiendo pasado este foso, una muger que iba a tomar agua del, viólos como iban en silencio, y todos ordenados, y luego dio voces llamando a los mexicanos para que saliesen contra sus enemigos que secretamente se iban huyendo. A la voz de esta muger despertó una de las velas que guardaban, que era un hombre con otros que estaban encima de una torre o Cú de Huitzilopochtli, y mirando, vio como iban todos los españoles fuera del fuerte, y comenzó a dar voces que se oyeron entre todos los mexicanos para que acudiesen a cerrar el camino a sus enemigos que se iban. Luego por el agua y por la tierra comenzaron a venir en canoas y a pie gran multitud de soldados, y comenzóse a trabar la batalla entre los españoles y los mexicanos, y el capitán D. Hernando Cortés comenzó a discurrir por el medio los suyos desde la retaguardia hasta la vanguardia peleando y esforzando a los suyos con voces muy amorosas y estimulativas. Desque llegaron los españoles a un foso más ancho que los otros, que se llama Tolteacali, por la gran prisa que les deban de ambas partes del camino, comenzaron a caer en aquel foso, y cayeron tantos, que de españoles y de indios, y de caballos y de cargas, el foso se hinchó hasta arriba, cayendo los unos sobre los otros, y los otros sobre los otros; de manera que todos los de bagaje quedaron allí ahogados, y los de la retaguardia pasaron sobre los muertos. Los españoles que aquí quedaron muertos fueron trescientos, y de los tlaxcaltecas y otros indios amigos fueron más de dos mil

De la Historia Verdadera de Bernal Díaz del Castillo:
Pues de que supimos el concierto que Cortés había hecho de la manera que habíamos de salir e ir aquella noche a los puentes, y como hacía algo oscuro y había niebla y lloviznaba, antes de medianoche se comenzó a traer la puente y caminar el fardaje y los caballos y la yegua y los tascaltecas cargados con el oro; y de presto se puso la puente y pasó Cortés y los demás que consigo traía primero, y muchos de caballo.Y estando en esto suenan las voces y cornetas y gritas y silbos de los mexicanos, y decían en su lengua a los tel Tatelulco: “¡Salí presto con vuestras canoas, que se van los teules, y atajaldos, que no quede ninguno a vida!”. Y cuando no me cato, vimos tantos escuadrones de guerreros sobre nosotros y toda la laguna cuajada de canoas, que no nos podíamos valer, y muchos de nuestros soldados ya habían pasado. 
Y esperando desta manera, cargan tanta multitud de mexicanos a quitar la puente y a herir y matar en los nuestros, que no se daban a manos. Y como la desdicha es mala en tales tiempos, ocurre un mal sobre otro: como llovía, resbalaron dos caballos y caen en la laguna. Y como aquello lo vimos yo y otros de los de Cortés, nos pusimos en salvo de esa parte de la puente, y cargaron tanto guerrero, que por bien que peleábamos, no se pudo más aprovechar de la puente. Por manera que en aquel paso y abertura de agua presto se hinchó de caballos muertos y de indios e indias y naborias y fardaje y petacas. Y temiendo no nos acabasen de matar, tiramos por nuestra calzada adelante y hallamos muchos escuadrones que estaban aguardándonos con lanzas grandes, y nos decían palabras vitupiriosas, y entre ellas decía: “¡Oh cuilones, y aún vivos quedáis!” Y a estocadas y cuchilladas que les dábamos pasabamos, aunque hirieron allí a seis de los que íbamos. Pues quizá había algún concierto cómo lo habíamos concertado; ¡maldito aquél! Porque Cortés y los capitanes y soldados que pasaron primero a caballo por salvarse y llegar a tierra firme y asegurar sus vidas aguijaron por la calzada adelante, y no la erraron; también salieron en salvo los caballos con el oro y los tascaltecas. Y digo que si aguardáramos, ansí los de a caballo como los soldados, unos a otros en las puentes, todos feneciéramos, que no quedara ninguno a vida. 




Y la causa es ésta: porque yendo por la calzada, ya que arremetíamos a los escuadrones mexicanos, de la una parte es agua y de la otra parte azoteas, y la laguna llena de canoas. No podíamos hacer cosa ninguna, pues escopetas y ballestas, todas quedaban en la puente, y siendo de noche, ¿qué podíamos hacer sino lo que hacíamos? ¿Qué era arremeter y dar algunas cuchilladas a los que nos venían a echar mano, y andar y pasar adelante hasta salir de las calzadas? Y si fuera de día, muy peor fuera. Y aun los que escapamos fue Nuestro Señor servido de ello.Y para quien no vio aquella noche la multitud de guerreros que sobre nosotros estaban, y las canoas que dellos andaban arrebatar nuestros soldados, es cosa de espanto. Ya que íbamos por nuestra calzada adelante, cabe el pueblo de Tacuba, adonde ya estaba Cortés con todos los capitanes, Gonzalo de Sandoval y Cristóbal de Olí, y otros de caballo de los que pasaron delante, decían a voces: “Señor capitán, aguardemos, que vamos huyendo y los dejamos morir en las puentes, tornémoslos a amparar, si algunos han quedado, y no salen ni vienen ninguno.” Y la respuesta de Cortés fue que los que habíamos salido era milagro. Y luego volvió con los de a caballo y soldados que no estaban heridos, y no anduvieron mucho trecho, porque luego vino Pedro de Alvarado bien herido, a pie, con una lanza en la mano, porque la yegua alazana ya se la había muerto, y traía consigo cuatro soldados tan heridos como él y ocho tascaltecas, todos corriendo sangre de muchas heridas. Y entre tanto que fue Cortés por la calzada con los demás capitanes, reparamos en los patios de Tacuba. Ya habían venido de México muchos escuadrones, dando voces a dar mandado a Tacuba y a otro pueblo que se dice Escapulzaco. Por manera que comenzaron a tirar cara y piedra y flecha y con sus lanzas grandes, y nosotros hacíamos algunas arremetidas en que nos defendíamos y ofendíamos. 
Volvamos al Pedro de Alvarado, que como Cortés y los demás capitanes le encontraron de aquella manera y vieron que no venían más soldados, se le saltaron las lágrimas de los ojos…






jueves, 25 de junio de 2020

Por ahí dicen que no soy mexicano , porque de mis cuadros no escurre mole!


Federico ; surgido de la Escuela al Aire libre de Coyoacán y despues de su paso por la Académie Colarossi y Le Grande Chaumiere durante Les Années folles commencent en 1920 et se terminent en 1929 en Paris , Federico legara a nuestra cultura un numero basto de murales y obras monumentales en America . su cercana amistad con tres grandes propuestas : La Raza cósmica de Vasconcelos, La visión de Anáhuac de Alfonso Reyes y “Los dioses de México” D'un voyage au pays des Tarahumaras en la mirada de Antonin Artaud repercutirán en el pensamiento creativo de este gran maestro. 




Por estos antecedentes los mexicanos que vivían el Paris de las entre guerras pensaban y pintaban diferente, a los que permanecían en México, Sin embargo pintaran y entenderán La religión mitología y el nacionalismo de una manera única.
D'un voyage au pays des Tarahumaras, Éditions de la revue Fontaine, Paris, 1945
Donde Nos revela el mundo de un hombre agobiado, no tanto por la locura que padece como por el tratamiento psiquiátrico, ahí encuentra a sus iguales. Territorio donde las esfinges vivientes aparecen grabadas por la naturaleza en la montaña, símbolos de la santidad que Artaud confiere a tal tierra.
Y De nuevo recordamos toda esta serie de esfinges pre hispánicas labradas por Cantú en diferentes obras murales.
Decía Inés Amor :
Al principio ( Antonin Artaud ) me daba miedo pero poco a poco me fui acostumbrando a su presencia, en ese entonces pocos sabían lo que era el surrealismo.
También cuenta Inés, como Artaud presencio el disgusto de Diego Rivera quien le reclamo a Inés por haber vendido un cuadro en 500 pesos, cantidad que en la época se consideraba espectacular y como a sugerencia de Cantú consiguió para Artaud, morfina por conducto de un doctor amigo de ella. De ahí que en muchas ocasiones Artaud se encontrara en Trance.
Otro factor que ayudo en buena parte a la convivencia entre Antonin Artaud y Federico Cantú fue que los dos, no solamente eran solteros, se comportaban como tal, casi de la misma forma que Picasso en Montparnasse.
Bo




jueves, 11 de junio de 2020



christies.com/auctions/classic-week












Mañana jueves 11 de junio no se pierdan el conversatorio virtual «El Arte Latinoamericano a través de sus especialistas» por facebook live a partir de las 5:00 p.m. con los artistas invitados: Martín Béjar, Miguel Ángel Muñoz y Adolfo Cantú, así como nuestra especialista del Departamento de Arte Moderno: Constanza Infante en el marco de la Subasta de Arte Latinoamericano.




domingo, 12 de abril de 2020

La Pascua ―también llamada Pascua de Resurrección, Pascua Florida,​ Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria― es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios canónicos, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado y que se prolonga durante ocho días, hasta la Octava de Pascua.


La Pascua marca el final de la Semana Santa, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días llamado Tiempo pascual, que termina con el Domingo de Pentecostés


La actual Pascua cristiana hunde sus raíces hasta el año 1513 antes de Cristo, cuando, según la tradición judía, el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida. La conmemoración de este hecho, celebrado cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo de su esclavitud en Egipto, recibía y recibe aún hoy en el judaísmo el nombre de Pésaj o Pascua.

En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.

El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser macho, cordero o cabrito, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche lo comían con verduras amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar restos de carne. Por esta razón, si la familia no era suficientemente grande para comer un animal ellos solos, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado. Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban «ázimo» («sin fermento»), o «pan de aflicción».

Los primeros cristianos celebraban la Pascua a la par cronológica que la Pascua judía, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) separó la celebración de la Pascua judía de la católica, quitando a esta los elementos hebreos. Sin embargo, dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea. Hoy día la Iglesia católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua.



Esta fiesta determina el calendario móvil de otras fiestas: así la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo) se celebra 40 días después de Pascua, y Pentecostés 10 días después de la Ascensión. La semana anterior a la Pascua de Resurrección es la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos (que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén). La Octava de Pascua (popularmente conocida como «semana de Pascua») es la semana que sucede a este Domingo de Pascua (o Domingo de Resurrección). El tiempo pascual o tiempo de Pascua designa, en la liturgia católica, las semanas que van desde el Domingo de Resurrección hasta el de Pentecostés, aunque el Ciclo Pascual inicia el Jueves Santo al atardecer, y ahí se le conoce hasta el Domingo de Pascua, por el llamado Triduo Pascual.

La expresión «pascua», de: 'pashé', el paso del señor por Egipto, remite hoy principalmente a la fiesta de la Resurrección, que también es llamada a veces «pascua florida», pero también se usa para referirse a otras cuatro celebraciones cristianas: la Natividad (25 de diciembre), la Epifanía o Adoración de los Magos (6 de enero), el Bautismo del Señor y Pentecostés, la venida del Espíritu Santo (cincuenta días después de la Resurrección).




viernes, 10 de abril de 2020

Descendimiento de la cruz  -   José de Arimatea

Sudario, de la palabra latina sudarium, significa en su origen un lienzo o pañuelo que sirve para cubrirle el rostro a las personas muertas y demostrarles sus respetos.
Se dice en el Evangelio, Marc, c. 14, v. 51, que un joven que seguía a Jesucristo cuando fue preso en el huerto de los olivos, no tenía más que una sábana para cubrir su desnudez, que los soldados quisieron detenerlo, que dejó su sábana y se fugó, Sansón prometió treinta sábanas, (en hebreo, sindinim) y otras tantas túnicas a los jóvenes que asistían a sus bodas si podían explicar el enigma que les propuso. , se dice que la mujer fuerte hacía sábanas y ceñidores y los vende a los cananeos o fenicios


Leemos en el Evangelio que José de Arimatea para sepultar a Jesucristo compró una sábana, sindonim y en ella envolvió el cuerpo de Jesús.
José de Arimatea es un personaje bíblico que, de acuerdo al Evangelio de Mateo 27:60, era el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús de Nazaret después de su crucifixión y muerte. 
Un «hombre rico» según San Mateo; un hombre «ilustre» según San Marcos; «persona buena y honrada» según San Lucas; «...que era discípulo de Jesús» según San Mateo, «pero clandestino por miedo a las autoridades judías», según San Juan. Marcos comienza señalando que José compartiendo la visión de la venida del Reino de Dios (lo cual Lucas 23:51 repite) entró "osadamente" a pedirle el cuerpo de Jesús a Pilato (15:43). Lucas añade que este varón "no había consentido en el acuerdo ni en los hechos" de los líderes religiosos.
Lo cierto es que los cuatro evangelistas coinciden en contar el mismo episodio donde intervino San José de Arimatea. Jesús acaba de morir en la cruz, Pedro renegó de Él por tres veces en público, los apóstoles se dispersan, pero este hombre solicita al procurador romano Poncio Pilato que le permita dar sepultura al cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, desclava el cuerpo de la cruz y lo sepulta en su propia tumba, un sepulcro nuevo, recién excavado en la roca, donde se encuentra la basílica del Santo Sepulcro. Lo envolvieron en lienzos de lino y lo colocaron en la tumba con una gran piedra en la entrada. Por esto, la tradición católica lo tiene como patrono de embalsamadores y sepultureros.




José de Arimatea es protagonista de la apócrifa Declaración de José de Arimatea, escrita en primera persona, en la que se reivindica como responsable del descendimiento y entierro de Cristo y narra el cautiverio al que el Sanedrín la condena por ello. Estas represalias son también referidas en el Evangelio de Nicodemo.

CYDT Collection 

sábado, 14 de marzo de 2020

El nacimiento de la Virgen o Natividad de María se celebra como una fiesta litúrgica en el santoral católico y en la mayoría de los santorales anglicanos y que se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la solemnidad de su Inmaculada Concepción celebrada el 8 de diciembre.
Esta fiesta, como la de la Asunción de María, tiene su origen en Jerusalén. C
A diferencia de lo que ocurre con el nacimiento de Juan Bautista, el evangelio no dice nada del nacimiento de Nuestra Señora.
En Jerusalén, en la Iglesia de Santa Ana. La primera fuente de la narración del nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una basílica en honor a la María Santísima, junto a la piscina probática, según cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600. Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen. Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición.

La fiesta de la Natividad de la santísima Virgen surgió en oriente, y con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el s. v. Allí estaba siempre viva la tradición de la casa natalicia de María. La fiesta surgió muy probablemente como dedicación de una iglesia a María, junto a la piscina probática; tradición que se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.
¿Por qué el 8 de septiembre?
La fiesta fue fijada el día 8 de septiembre probablemente porque, representando María el papel del comienzo o proemium de la obra de la salvación (cf. la oración de colecta de la misa), era muy oportuno celebrar su nacimiento al principio del año eclesiástico según el Monologium Basilianum. Una narración apócrifa, titulada De ortu Virginis (sobre el nacimiento de la Virgen), ponía la concepción en el seno de santa Ana a primero de mayo, y refería que Nuestra Señora había nacido, a los cuatro meses de gestación.


Existen muchas obras pictóricas dedicadas El nacimiento de María
Esta tradición milenaria convoca a pintores del renacimiento que van desde
El nacimiento de María, obra de Giotto para la capilla de los Scrovegni, h. 1305.
nacimiento de la Virgen es una obra del pintor Bartolomé Esteban Murillo, realizada originalmente en 1660 para la capilla de la Concepción de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París.

Madona y Virgen
CYDT Collection

jueves, 6 de febrero de 2020

A poet laureate (plural: poets laureate) is a poet officially appointed by a government or conferring institution, typically expected to compose poems for special events and occasions. Albertino Mussato of Padua and Francesco Petrarca (Petrarch) of Arezzo, both now part of Italy, were the first to be crowned poets laureate after the classical age, respectively in 1315 and 1342.
In Britain, the term dates from the appointment of Bernard André by Henry VII of England. The royal office of Poet Laureate in England dates from the appointment of John Dryden in 1668.
In ancient Greece, the laurel was used to form a crown or wreath of honour for poets and heroes. The custom derives from the ancient myth of Daphne and Apollo (Daphne signifying "laurel" in Greek), and was revived in Padua for Albertino Mussato, followed by Petrarch's own crowning ceremony in the audience hall of the medieval senatorial palazzo on the Campidoglio on April 8, 1341. Because the Renaissance figures who were attempting to revive the Classical tradition lacked detailed knowledge of the Roman precedent they were attempting to emulate, these ceremonies took on the character of doctoral candidatures.


Since the office of poet laureate has become widely adopted, the term "laureate" has come to signify recognition for preeminence or superlative achievement (cf. Nobel laureate). A royal degree in rhetoric, poet laureate was awarded at European universities in the Middle Ages. The term therefore may refer to the holder of such a degree, which recognized skill in rhetoric, grammar and language.
In modern times a Laureate title may be conferred by an organization such as the Poetry Foundation, which designates a Young People's Poet Laureate, unconnected with the United States Poet Laureate.
The office is also popular with regional and community groups. Examples include the Pikes Peak Poet Laureate,which is designated by a "Presenting Partners" group from within the community, the Minnesota Poet Laureate chosen by the League of Minnesota Poets (est. 1934), the Northampton Poet Laureate chosen by the Northampton Arts Council, and the Martha's Vineyard Poet Laureatechosen by ten judges representing the Martha's Vineyard Poetry Society.
Over a dozen national governments continue the poet laureate tradition.
Miguel Ángel Osorio Benítez (July 29, 1883 – January 14, 1942), better known by his pseudonym, Porfirio Barba-Jacob, was a Colombian poet and writer.
Born in Santa Rosa de Osos, Antioquia, to parents Antonio María Osorio and Pastora Benítez, he was raised by his grandparents in Angostura. In 1895 he started his travels, first through Colombia, and from 1907 to Central America and the United States, before finally settling down in 1930 in Mexico City.
Around 1902 in Bogotá, he founded the literary magazine "El cancionero antioqueño" (The Antioquian songbook), which he managed under the pseudonym Marín Jiménez. Short after, he wrote the novel "Virginia", which was never published because the original manuscript was confiscated by the mayor of Santa Rosa for alleged immorality.
In 1906 he moved to Barranquilla where he adopted the pseudonym Ricardo Arenales. He continued to use this pseudonym until 1922 when in Guatemala he adopted a new pseudonym which he would use for the rest of his life: Porfirio Barba-Jacob. Around 1907, still in Barranquilla, he wrote his first poems, such as "Árbol viejo", "Campiña florida", and his most famous work, "Canción de la vida profunda" (Song of the deep life).
During his journey through Central America, Mexico and the US, he contributed to many magazines and journals. He befriended Porfirio Díaz, which led to his fleeing to Guatemala, then to Cuba, for disagreeing with Manuel Estrada.
In 1918 he returned to Mexico, where it is said that he wrote a biography of Pancho Villa. In 1922 he was expelled by Álvaro Obregón and fled again to Guatemala, from where he was again expelled in 1924 by Jorge Ubico. Barba-Jacob then went to El Salvador, and after being deported by Alfonso Quiñones, travelled to Honduras, New Orleans and Cuba. In 1927 he returned to Colombia and, after some recitals and contributions to the Colombian journal El Espectador, he left Colombia on what would be his last trip.
He died in 1942 of tuberculosis in Mexico City. Four years after his death, on 11 January 1946, his ashes were claimed by the Colombian government and were returned to the Rotonda de los Hombres Ilustres.

Adolfo Cantú
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martes, 28 de enero de 2020




Federico Cantú Garza  - murió un dia como hoy 29 de enero en 1989
Nació el 3 de marzo de 1907, estudió a los 14 años en la Escuela de Pintura al Aire Libre de Coyoacán, y radicó en Europa, entre 1924 y 1934 y Estados Unidos entre 1938-1941.
Su estancia en la Grande Chaumière y la Academia Colarossi en París derivó en el tratamiento de temas históricos y religiosos, que desarrolló en algunas de sus obras.
Formó parte de la Escuela Mexicana de Pintura, etapa de producción plástica que se dio al concluir la Revolución, en un esfuerzo por reconstruir el tejido social y promover la identidad nacional.


Entre 1940 y 1950 realizó obras murales, principalmente a solicitud de particulares, mientras que en la década de 1960 realizó obras públicas entre las que destacan relieves y esculturas para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS )
En Marzo de 1957 Federico Cantú cumplía 50 años 
Estaba pintando la ( como lo muestra esta foto )
 ultima sección de los murales
De la Pinacoteca Virreinal , también trabajaba en dos murales 
Del edificio IMSS de reforma con los temas de Quetzalcóatl
Y una maternidad yacente.
y sin mas cuando el cumplía 50 ya su obra había alcanzado la inmortalidad
con sus pinturas del Museo Vaticano.

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Adolfo Cantú       Art Consultant & Specialist
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