viernes, 13 de septiembre de 2019





Madona 1928 & La Epifanía 1942
Federico Cantú 1907-1989
Federico y su obra sacra
La inclinación religiosa de Federico Cantú surge dentro de su obra a partir de su estancia en el Paris de los años 20, bocetos en cuadernos de trabajo llevados primeramente a trabajos de caballete pronto se convierten en obras murales que acompañaran la narrativa del artista durante toda su trayectoria , quizá como bien lo expresaba el propio Cantú , su pincel esta poseído por la mano de Dios quien constantemente lo guía como fueron guiados todos los maestros del Renacimiento Italiano
Del libro del apocalipsis
«El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza»
(Apocalipsis 5:6, 7:14, 13:8, etcétera). Pero sería correcto decir también que esta imagen es absolutamente central en toda la teología cristiana: el cordero ha sido una de las imágenes simbólicas centrales de la religión cristiana desde los primeros siglos de su existencia; la idea del cordero sin mancha, sacrificado por los pecados de los hombres ha sido uno de los leitmotivs (motivos) del cristianismo a través de su historia. De acuerdo con esto, uno podría esperar que las páginas del Nuevo Testamento estén llenas del imaginario del cordero, pero es bastante sorprendente, que aparte del libro de Apocalipsis, casi no encontremos esta imagen aquí. No la encontramos en las epístolas de Pablo, los primeros escritos del Nuevo Testamento;
Esto ocurre en el primer capítulo del Evangelio de Juan donde Juan el Bautista pronuncia esta enigmática exclamación: «He aquí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo».
El cordero de la Aqeda
Vayamos a los Tanajin, la palabra hebrea para cordero raramente aparece. Sin embargo, no es díficil adivinar dónde encontramos la palabra «cordero» por primera vez. Por supuesto, la primera cita se encuentra en Génesis 22, en la Aqedat Itzjak: Cuando Isaac es conducido a la montaña por su padre, le pregunta a Abraham: «He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?» en el libro de Apocalipsis, comienza aquí—, con la inocente, confiada y casi ingenua pregunta de Isaac: «¿dónde está el cordero para el holocausto?»
el Midrash explícitamente declara que Abraham ofreció dos sacrificios, comenzó con el sacrificio de su hijo y terminó con el sacrificio del carnero, y con esta tradición, se dice explícitamente que Isaac es el cordero de la ofrenda quemada: 
אתההשהלעלהבני” -«Tú eres el cordero, mi hijo»
la imagen cristiana del cordero, cuya muerte y resurrección tienen un poder expiatorio y un efecto redentor en nombre de las generaciones futuras, está claramente relacionada con este sacrifício de Isaac (Aqedat Itzjak) en la tradición judía. La próxima vez continuaremos discutiendo esta conexión.
Julia Blum- Israel Institute of Biblical Studies
En 1530, fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la Nueva España, expidió una ordenanza para celebrar una “Farsa de la Natividad Gozosa de Nuestro Salvador”. A partir de estos principios, se han escrito entremeses y coloquios, inicialmente por los franciscanos que fueron los primeros en llegar a tierras novohispanas. Un poco más tarde le siguieron otras órdenes religiosas. Posteriormente, con los autores laicos, las pastorelas navideñas se alejaron de su contenido religioso para adquirir un carácter más popular de la Navidad en México, que refleja costumbres y formas de vida de las clases sociales, y se dieron también versiones locales.
El argumento básico de una pastorela consiste en que unos pastores intentan ir a Belén para adorar al Niño Dios recién nacido, pero un grupo de diablos pone toda clase de obstáculos en su camino para impedirlo. Al final vence el bien, Lucifer es derrotado por San Miguel o por un “ángel”, y los pastores entregan regalos para el Santo Niño, lo arrullan y le cantan villancicos. Todos los asistentes besan al Niño y con la tonada de la despedida se termina la actuación.
Los personajes en las pastorelas son pastores, diablos, ángeles, arcángeles y un ermitaño. Frecuentemente hay otros protagonistas adicionales como indios, rancheros, un monje y otros. Aunque la Virgen María, San José y el Niño Jesús suelen estar presentes como figuras del Nacimiento, en algunas pastorelas son personas quienes los caracterizan, pero no forman parte en el diálogo, como pasaba en el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos”.
El poeta tabasqueño Carlos Pellicer describió la representación del Nacimiento de la siguiente manera: “Y en una gruta, bajo el cielo de Navidad, arregló el pesebre, colocó el buey y el asno; sobre el pesebre, puso el ara en la cual un sacerdote operó el ritual de la misma, cuyo valor histórico, plásticamente hablando, no tiene par”.
En 1928 Cantú se instalaba en Los Ángeles California con la idea de tener un receso de lo vivido en Paris y con la idea de preparar una serie de exposiciones. Muy pronto ahí surge la oportunidad de pintar lo que seria su primera obra mural en la parroquia de Pasadena California, donde estará descrita en una serie de paneles representando la pasión , dentro de la composición esta representada la música sacra con un quinteto de ángeles músicos .
Ya en 1937 Federico decide mudar su atelier a Nueva York para exponer en los mas importantes museos de America : MOMA , Metropolitan Museum, Santa Bárbara Museum, Philadelphia Museum of Art , Art Club Chicago….. y es en este periodo donde Federico se rencontrara con todos estos maestros que había frecuentado en Montparnasse y que la segunda gran guerra habría de incluirlos dentro de ese gran éxodo que cambiaria el mundo en todos los sentidos .
Madona 1928 y La Epifanía 1942 son muestra del conocimiento bíblico que Federico cultivara durante toda su trayectoria ,
dos grandes liensos, dentro del gran legado del maestro del arte sacro, obras que se convertirán en testimonio de un lenguaje propio que le permitirá lograr un lugar en el Museo Vaticano 


Adolfo Cantú



CYDT Collection 

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